El columpio

¿Tienes miedo a la confrontación? Probablemente sea porque le das el significado de pelea, desencuentro, coraje, etcétera y esto es gracias a que históricamente has hecho esta asociación.  

Para ejemplificar quiero contarte mi historia con el columpio:

De niña mis primeras experiencias columpiándome no fueron agradables. Me caí muchas veces, era muy chaparrita y no alcanzaba a frenar con mis pies y no tenía suficiente fuerza en mis bracitos para sostener el peso de mi cuerpo y tampoco sabía como equilibrarme. Ésto me hizo tenerle mucho miedo.  Creía que si me subía de nuevo me pasaría algo parecido.

Luego crecí y sin darme cuenta que había muchos factores internos y externos diferentes a cuando era pequeña, yo seguía teniéndole mucho miedo a los columpios. 

Aquí entra la parte de crear nuevas experiencias: Perderle el miedo al columpio significó subirme y en el proceso darme cuenta de las nuevas habilidades que había adquirido con el tiempo (mas fuerza, altura y equilibrio). Subirme al columpio ya no significaba caerme, sino divertirme.

En el tema de la confrontación pasa algo parecido. De pequeños a muchos no nos enseñan a exponer nuestras diferencias o nuestro enojo y tomamos de los adultos, las formas “típicas” de manifestarlo: gritando, peleando, lastimando física o verbalmente. Si lo aprendiste de esta manera, es perfectamente lógico que no te quieras subir al columpio del enojo que SUBE Y BAJA de forma natural con el propósito de poner límites y satisfacer nuestras necesidades. 

Una forma muy util de perderle el miedo es subirte y en el proceso encontrar que hoy tienes herramientas nuevas para atravesarlo e incluso usarlo a tu favor.

Llanto útil..

“… lejos de resultar dañino, el llanto es un antídoto contra el estrés y la ansiedad, e incluso previene la depresión.

Según demostró William H. Frey, bioquímico en el Centro Médico St. Paul-Ramsey de Minnesota, las lágrimas emocionales que derramamos ante una situación dramática propia o ajena arrastran consigo fuera del cuerpo una buena dosis de cloruro de potasio y manganeso, endorfinas, prolactina, adenocorticotropina y leucina-encefalina (un analgésico natural).

¿Qué quiere decir eso? Se trata de un cóctel químico muy emocional, ya que la alta concentración de manganeso en el cerebro se ha asociado con la depresión crónica, la leucina-encefalina funciona como un analgésico natural y la adenocorticotropina está ligada al estrés y la ansiedad. En definitiva, la finalidad del llanto, tanto si se trata de un simple sollozo como si estamos ante un auténtico berrinche, es expulsar una parte de las sustancias estresantes que dañan al organismo…”

Fuente:

https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/divulgacion/fisiologia-neurociencia-llanto_2015021157fcbb2e0cf2fd8cc6b11021.html

Disonancia cognitiva

Cuando una persona hace frente a información externa que no es coherente con una o varias de sus creencias actuales, tiende a reprobar dicha información “nueva”
(Teoría de la persistencia de las creencias refutadas)

Acá te va un ejemplo de este funcionamiento de nuestro aparato de pensar que estudió Leon Festinguer:
Un señor en Nevada organizó una comunidad diciéndoles que él sabía fecha y hora en que nuestro planeta sería colonizado por alienígenas.

Armado con lo que el consideraba evidencias, convenció a esta gente de su teoría. Ellos aportaban cierta cantidad de dinero a la construcción de lo que sería su comunidad post apocalíptica, ya que ellos se salvarían gracias a este Sr quién tenía contacto directo con ésos alienígenas.

Obviamente, llegó esa fecha y hora y… bueno, aqui te encuentras leyendo este post, por lo que ésa colonización jamás ocurrió

Lo interesante es que muchos de los miembros de esa comunidad dijeron: “¡Claro! La vida extraterrestre nos dió una segunda oportunidad!” y continuaron la construcción de su comunidad. Mientras que algunos pocos miembros fueron capaces de reconocer que habían sido estafados.

Con este ejemplo me gustaría que hicieras una pequeña reflexión de lo costoso (a nivel emocional) que es la decepción: Es infinitamente más rápido y menos doloroso (y vergonzoso) decir que los alienígenas me dieron una segunda oportunidad que reconocer que me equivoqué.

Por eso muchas veces nos podemos ver en circunstancias donde nos encontramos justificando comportamientos violentos, injustos, desagradables o incómodos sin “hacer mucho” al respecto y al parecer SIN DARNOS CUENTA del todo.

Recuerda, nuestro cerebro detesta:
1. la incongruencia
2. gastar energía
3. perder tiempo

No seas muy duro contigo mismo si después de esta reflexión te caen 20 ́s sobre cosas desagradables que toleras o justificas y no has cambiado, finalmente no eres tu, es tu mente ahorrando energía para hacerte sobrevivir en el menor tiempo posible. Hoy que eres consciente de ello puedes hacer algo distinto al respecto

Configuración default de la mente

Nuestro cerebro tiene una configuración de fábrica que entra en acción por “default” buscando preservar tu integridad física, pero sobre todo la emocional:

1. Respuesta binaria, como en las computadoras ● 1o0
● blanco o negro
● vives o mueres

2. Que le permite responder rapidísimo (descartando así la escala de grises) 

3. y entonces así consigue ahorrar un montón de energía

En la naturaleza el tiempo es vida, esto quiere decir que si la respuesta de lucha o huida tarda un poquito, puede significar la muerte. Es por eso que nuestro cerebro está equipado para mandar una señal super veloz a los sistemas de alertamiento para mantenernos a salvo lo más rápido posible y usando la menor cantidad de energía, porque asume que esa energía se va a usar para sobrevivir.

Así que la próxima vez que te encuentres respondiendo de forma “impulsiva” o con una emoción muy fuerte que te sea difícil entender, trata de explicarte a ti mismo de forma comprensiva, que tu cerebro, en armonía con tu cuerpo, estan detectando señales de peligro en el entorno y que buscan a toda costa salvaguardar tu integridad física y emocional.

Posiblemente la fuente de la amenaza que está detectando tu sistema es una asociación muy veloz con eventos dolorosos del pasado que están almacenados en forma de imágenes y sensaciones en tus archivos o tu biblioteca mental de recuerdos.

Recuérdate a ti mismo donde estas, con quién estas (UNA DOSIS DE PRESENTE) y que hoy tienes edad y herramientas que en el pasado no tenías para hacer frente a este reto.

Memo del cerebro al cuerpo..

El idioma que habla nuestra mente es en imágenes y palabras, mientras que el idioma de nuestro cuerpo es bioquímico.

A veces pienso que sería increíble que nuestro cerebro pudiera mandar un memo o un correo electrónico a mis tripitas para que ellas supieran que no hay peligro alguno alrededor y que así evitáramos ese incómodo hueco en la panza cuando estoy nerviosa por ejemplo. Cuando imagino esta burocrática forma de comunicación en mi cuerpo se me olvida que mi tripita, mi corazón o mis pulmones no tienen ojitos, oidos o boca para comprender lo que la mente quiere decir.

Lo cierto es que nuestro cuerpo vive muy confundido porque no tiene forma de salir a verificar si lo que está ocurriendo afuera es producto de la imaginación – recuerdos, si viene de la televisión y no es un peligro cercano o si la fuente de la información son los ojos y nos encontramos en medio de un peligro real o potencialmente dañino. 

Entre que son peras o manzanas, el cuerpo responde para prepararse sea cual sea la fuente de información. El cuerpo diría: “más vale aquí corrió que aquí murió”, entonces echa mano de la caballería bioquímica para ponernos alertas ante cualquier contingencia.

La forma que tenemos de hacerle saber al cuerpo que no estamos bajo una amenaza real es darle una dosis de presente, apapacharnos y tomarnos un momento para reconocer que lo que estamos experimentando es una oleada de información bioquímica recorriendo nuestro cuerpo por medio del torrente sanguíneo (preparandonos para el peor escenario y así conseguir mantenernos con vida). 

Darnos ese momento para sentir y orientarnos en el momento presente nos ayuda a recuperarnos y tomar perspectiva.✨

Restauración de la atención

Las interacciones con la naturaleza y la biodiversidad parecen tener efectos positivos tangibles en nuestros cerebros
Stephen Kaplan lo llamó la teoría de la 𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐮𝐫𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢ó𝐧.

Él explica que el sistema de atención de nuestro cerebro está habitualmente activo, siempre pasando de una cosa a otra, siempre tratando con multitud de personas.

Todo ello requiere esfuerzo y energía por consiguiente es agotador para el cerebro.
Los entornos de naturaleza llaman nuestra atención de un modo pasivo. 

Nuestra atención puede dejarse ir más en tales entornos naturales con lo que nuestro cerebro se toma un descanso de toda esa otra atención enfocada que tanto esfuerzo neurológico requiere.

Los espacios restauradores son esos entornos caracterizados por la abundancia de verde y biodiversidad.

Es un mensaje de seguridad para las partes viejitas de nuestro cerebro por que en estos entornos podemos encontrar todo lo que necesitamos.

Todas las criaturas de la naturaleza provistas de un cerebro que reacciona positivamente a entornos verdes o de naturaleza, se van a sentir atraídos por estos espacios porque aquí se tiene una clara ventaja de supervivencia.

Restaura tu atención en espacios verdes. ¡Incluso los puedes crear en tu casa en compañía de tus mascotas!

Me conozco a través de los ojos de los demás..

¿Te has visto la sonrisa sin usar un espejo o tu reflejo sobre el agua o en un cristal o mediante fotos o videos?

¡Pues claro que no! Hay ciertas partes de tu cuerpo como los dientes, las orejas, espalda o la nuca, que realmente no te conoces si no con:

● la ayuda de reflejos, videos o grabaciones o
● con la sensación de ésas partes usando tus manos y dedos

Los demás describen esas características que no alcanzamos a ver en comparación con otras que conocen. Nosotros mismos comparamos todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo basándonos en otras que conocemos o que hemos visto antes:
“tengo el cabello como el de mi mamá”,
“tengo pecas como la abuela”,
“soy chaparrita como mi papá”
…. características emocionales en comparación con situaciones conocidas: “te ríes como hiena” o
“lloras como Magdalena”

Así pasa con otras características de tus emociones, no es precisamente que las puedas auto-ver, pero LAS SIENTES, y como ésas van por dentro, la comparación con otros pierde sentido

𝗛𝗮𝗴𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗲𝗹 𝗲𝗷𝗲𝗿𝗰𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢:🦇

Imagínate que no tienes reflejo, solo puedes reconocerte y luego describirte a través de lo que sientes.

Y aquí me pongo algo romántica:
Trata de escribir y ser muy específico con
● la forma de tus ideas,
● el color de tus sueños,
● el tamaño de tu corazón
Reconoce y describe cómo piensas, cómo sientes y cómo actúas sin usar comparaciones.

Aunque parezca algo complejo, es un ejercicio muy útil que tiene como propósito que deseches ideas preconcebidas de ti mismo.

Contacto Analgésico

EJERCICIO

“EL CONTACTO ANALGÉSICO”

En la naturaleza (o en el mundo salvaje), mientras estamos bajo ataque estamos tensos, preparados para el ataque o la huida. 

Éste ejercicio consiste en darle a nuestro cuerpo su dosis de realidad. 

“Aquí y ahora yo soy el adulto a cargo de mi seguridad y de mi integridad física y emocional.”

“En este momento mi vida no peligra”

Mientras seamos capaces de recordarle a nuestro cuerpo que estamos a salvo haciendo uso de nuestro cuerpo y del contacto físico con el, entonces tendremos una brechita de oportunidad para volver al presente y recuperar nuestro equilibrio.

EL contacto físico con nosotros mismos nos ayuda a desencadenar una reacción de AutoComprensión y seguridad.

Diferentes gestos físicos desencadenan reacciones emocionales diferentes. La cosa es probar diferentes formas de hacernos saber ése apoyo, así que busca algún lugar donde te sientas cómodo y puedas cerrar tus ojitos.

Explora que forma de demostrarte apoyo te hace sentido:

  • lleva tus dos manos a tu corazón
  • ahora solo una
  • abraza tu cintura con tus brazos
  • coloca una mano en tu pecho y otra en tu barriga
  • ambas manos en la barriga
  • ponte una mano en la mejilla
  • ahora ambas manos en ambas mejillas 
  • prueba sobando con tus dedos el lóbulo de tu orejita 
  • sostén tu antebrazo izquierdo con tu mano derecha y el antebrazo derecho con tu mano izquierda
  • ahora coloca tu mano derecha rodeando tu cuello hasta que puedas tocar tu hombro o tu escápula izquierda y con la otra mano rodea tu cintura

Continúa explorando con cuáles formas de contacto físico contigo mismo te sientes cómodo y seguro. ¿Cuáles transmiten ese espacio de seguridad y afecto?

Es posible que en un principio te sientas mejor tocando un objeto externo:

  • algún textil que traigas puesto, por ejemplo el borde de tu playera
  • un objeto liso o suavecito
  • acariciar a tu mascota o
  • sostener una almohada 

Acción – motivación✨

C𝗮𝗺𝗯𝗶𝗮 𝘁𝘂 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗻𝗶𝗺𝗼 𝗺𝗼𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗻𝗱𝗼 𝘁𝘂𝘀 𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀: La forma en la que nos sentimos está directamente relacionada al contenido de nuestros pensamientos sin embargo también está relacionada con las cosas que hacemos.

Las personas no solo piensan, también actúan y ​𝗲𝘀 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝗯𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘁𝘂 𝗺𝗼𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗮𝗻𝗱𝗼 𝘁𝘂 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗮𝗰𝘁𝘂𝗮𝗿.

Muchas veces el malestar afecta nuestro nivel de productividad y a su vez la falta de productividad aumenta el nivel de malestar que sentimos y se convierte en un círculo vicioso.

Regularmente nos sentimos mucho mejor cuando hacemos prácticamente cualquier cosa.

𝗟𝗮 ú𝗻𝗶𝗰𝗮 𝗮𝗰𝘁𝗶𝘃𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗮𝘀𝗶 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗻𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝗶𝗻𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗴𝗿𝗮𝗰𝗶𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗲𝘀 𝗡𝗢 𝗛𝗔𝗖𝗘𝗥 𝗡𝗔𝗗𝗔.

Cambiar tu conducta te ayudará a sentirte mejor con respecto a ti mismo y ejerce una influencia positiva en la forma en la que estás pensando.

Se puede modificar tu mentalidad contraproducente si cambias tu conducta.

Tu error radica en que crees que primero viene la motivación y después, esa motivación te va a conducir a la acción y ésa acción al éxito, pero es totalmente al revés.

El «Perfe-auto»

Esperamos que al subirnos al coche no le suene nada, que no haya que echarle gasolina, que no se caliente… Que sea fácil de estacionar…

Y de pronto ya arriba de él, en vez de disfrutar el paisaje vamos atentos de las piedritas, al sonido del motor, a las lucesitas del tablero, del ruido de los frenos, de lo difícil de hacer los cambios de velocidad y su ruido , del sonido y sensación al pisar el pedal del freno….. 

Nos contamos historias de porque funciona como lo hace, a veces queremos ir al mecánico a qué nos diga porque se escucha o se siente así… 

Cuando el mecánico nos dice que es normal a veces nos sentimos insatisfechos con la respuesta, buscamos otra opinión, y otra, podemos encontrar a alguien que nos dice que cambiándole algunas piezas se va a corregir «el problema», le creemos porque al fin encontramos alguien sensato que «quiere hacer su trabajo» , entonces gastamos mucho dinero en «componer». 

El problema sigue, nos enojamos con quién nos dijo que se corregiría haciendo un cambio de piezas, creemos que nos vieron la cara…. 

Probablemente nos hayamos estado viendo la cara a nosotros mismos todo esté tiempo, en busca de no escuchar, ni sentir nada, a bordo de una máquina humana, perfectamente imperfecta….